En primer lugar porque es un momento en que si los niños han disfrutado el verano y han pasado suficiente tiempo al aire libre y poco pegados a consolas y televisión el sistema visual está relajado y libre de tensiones. Además, no tienen a la vista exámenes ni trabajos que les hagan estar preocupados por su resultado con lo que el estrés es casi inexistente. A final de curso en cambio, pueden aparecer ciertos defectos refractivos que con descanso y una correcta higiene visual pueden desaparecer.
En segundo lugar porque vamos a adelantarnos a posibles dificultades si es que existen. Si no realizamos ahora una revisión visual y hay problemas, éstos saldrán en forma de molestias ó signos como taparse un ojo al leer, frotarse los ojos, dolor de cabeza y un largo etcétera, ó lo que es peor en forma de frustración por no hacer las tareas bien, dejar de tener interés en las actividades y malos resultados académicos en muchos casos.
Como padres, debemos asegurarnos que en el centro visual a nuestro hijo le realicen un exámen en el que se valoren como mínimo:
- Visión del color
- Agudeza visual de lejos de cada ojo
- Agudeza visual de cerca de cada ojo. Algunos profesionales dan por sentado que los niños por ser muy jóvenes no tienen problemas para ver bien de cerca, pero la realidad no es así siempre, a veces hay hipermetropías sin corregir ó dificultades de enfoque que propician que los niños vean borroso de cerca.
- Estereopsis: fusión de las imágenes derecha e izquierda que dan lugar a la tridimensionalidad y así a la visión del relieve apreciando el espacio correctamente. Un niño puede chocarse o correr con dificultad por un problema en esta capacidad.
- Descartar estrabismos
- Capacidad normal de converger de ambos ojos: si no está bien le costará pasar tiempo estudiando ó trabajando en la libreta ya que se cansará muy fácilmente (aunque la agudeza visual de lejos y de cerca sean correctas)
- Capacidad normal de enfoque de cada ojo y flexibilidad de enfoque: si estas habilidades no están bien le costará mucho esfuerzo los cambios de visión del encerado a la libreta y viceversa.
- Movimientos oculares: seguimientos y sacádicos. Son determinantes para el aprendizaje de la lectura y posteriormente para estudiar haciendo una buena lectura comprensiva.
Se han de analizar todos estos puntos y en caso de no estar alguno correcto determinar la solución apropiada: gafas y/ó lentes de contacto, realización de ejercicios visuales ó ambas cosas.
El óptico-optometrista es el profesional sanitario capacitado para realizar este tipo de análisis, se trata de valorar la buena función de ojos sanos, no de ojos con enfermedad, en cuyo caso se habría de acudir al médico oftalmólogo. Ambas profesiones son complementarias, pero no son lo mismo, la medicina no va a tratar un problema de insuficiencia de convergencia, así como el optometrista no realiza una cirugía de cataratas. Cuando el óptico-optometrista detecta una enfermedad visual como pueda ser una conjuntivitis, una blefaritis, un problema en la córnea, etcétera derivará a ese paciente al médico oftalmólogo quien tratará esa patología concreta.
Comentamos todo esto porque en España aún existe confusión al respecto y se da por hecho que la medicina puede solucionar todos los problemas visuales, cuando no es así, es la Optometría la que complementa esa labor. Es un caso parecido al fisioterapeuta y el médico traumatólogo.