Según datos de la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), las alergias al polen afectan a un total de 8 millones de personas en nuestro país, siete de los cuales son alégicos a gramíneas, seguidos por las alergias al olivo, arizónica, plátano de sombra, salsola y parietaria.
Uno de los problemas más molestos que causa la alergia al polen es la conjuntivitis alérgica, que se produce por la inflamación de la conjuntiva, una membrana transparente que recubre la parte blanca del ojo y el interior de los párpados, y que actúa como defensa para los ojos. La conjuntivitis alérgica puede venir sola o acompañada de otras molestias como rinitis o dermatitis. Sus síntomas suelen ser: enrojecimiento de los ojos, escozor, picores, hipersensibilidad a la luz, hinchazón de párpados, dolor al parpadear y sensación de arenilla. Para sobrellevarlos de la mejor manera posible, los especialistas detallan una serie de consejos:
- Utilizar gafas de sol: evitan que el polvo y el polen suspendido en el ambiente entre en los ojos.
- Mantener las ventanas cerradas mientras viajamos en el coche, y en los edificios para evitar la entrada de polen, para ventilar mejor hacerlo en las horas centrales del día (cuando la concentración de polen es menor), ó bien instalar un purificador de aire para mantener el ambiente limpio.
- Mantener una correcta hidratación de los ojos y de las fosas nasales, utilizando colirios fisiológicos de manera habitual para ayudar a bajar la irritación y lavados con suero fisiológico para los síntomas nasales.
- Evitar tocarse los ojos y mantener una correcta limpieza de manos
- Utilizar lágrimas con ectoína después del lavado con suero reduce considerablemente los síntomas