CONTROL DE LA MIOPIA

Viernes, 19 Julio 2019 21:29

La miopía es un defecto refractivo del ojo que impide ver bien de lejos. En las últimas décadas la prevalencia ha crecido hasta llegar al 30% de la población mundial, y supera el 70% en determinadas regiones, donde ya se considera una epidemia. Su aparición se produce cada vez a edades más tempranas, lo que supone un desarrollo más rápido y durante más tiempo, por tanto se alcanza un mayor grado de miopía en la edad adulta. Además de la alteración visual que produce, la miopía es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades del ojo en la madurez como glaucoma o degeneración macular, riesgo que aumenta cuanto más miope es el ojo.

Para evitar que la miopía aumente tan rápido, las lentes de contacto son uno de los métodos más utilizados por su alta efectividad. Mediante el desenfoque periférico de las imágenes en la retina, las lentillas consiguen frenar hasta en un 60% la progresión de la miopía en niños y adolescentes, lo cual puede suponer llegar a la edad adulta con menos de la mitad de dioptrías frente al uso de gafas o lentillas convencionales.

La teoría del desenfoque periférico es con diferencia la más conocida y el que mejores resultados está reportando para frenar la progresión miopía. Se basa en numerosos estudios que han observado que el crecimiento ocular, que es lo que determina si el ojo es miope o hipermétrope, está regulado en gran medida por el enfoque de las imágenes en la retina, y más concretamente en su zona periférica. Es decir, cuando la retina periférica recibe una imagen enfocada por delante de ella (desenfoque miópico) regula su crecimiento para detenerlo y cuando la recibe enfocada por detrás (desenfoque hipermetrópico) ordena al ojo seguir creciendo y así se produce la aparición o el aumento de la miopía. Cuando la miopía se compensa con métodos convencionales (gafas y/o lentes de contacto) se consigue corregir el enfoque de la retina central y se mejora la visión del paciente, pero su retina periférica sigue recibiendo una imagen con un desenfoque periférico que le hace seguir creciendo, sobre todo cuando es joven y aun esta en desarrollo (hasta los 18 años).

Los tratamientos actuales de ortoqueratología y lentes blandas de desenfoque periférico generan un desenfoque periférico en la retina contrario al de los métodos convencionales, haciendo que se deje de estimular el crecimiento miópico en gran medida y frenando su progresión hasta en un 60% según han demostrado algunos estudios.

Es muy importante intentar detectar los problemas de visión lo antes posible, el diagnóstico precoz es fundamentar para evitar muchos futuros problemas. Dificultades para ver bien la pizarra, la televisión o reconocer objetos lejanos suelen ser los primeros síntomas que deben poner en alerta a los padres de que hay un problema de visión. Detectar la miopía lo antes posible y controlar su progresión es fundamental para minimizar las complicaciones oculares asociadas a la miopía en un futuro.

 

 

 

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